La historia detrás de Atrapaniebla: la cerveza artesanal que usa la condensación de las nubes.

La serie de micro documentales “Volver a lo Simple” de SumUp destaca negocios en distintas latitudes de Chile y explora cómo sus protagonistas eligieron tomar elementos de sus orígenes para crecer.

En este primer capítulo conocemos la historia detrás de la Cerveza Atrapanieblas

Miguel y Marco solo se llevan dos años, crecieron en La Serena compartiéndolo todo: desde su hogar, sus amigos y los carretes del colegio, hasta su carrera y su pasión por la cerveza. Otra cosa que comparten es el deseo de hacer del mundo un lugar un poquito mejor, de la mano de estas pasiones y con el fin de lograr este objetivo nace Atrapanieblas, una cerveza única en su clase.

El primer paso para lograr su cometido era claro: aprender todo lo posible sobre el arte de la cervecería. Los hermanos Carcuro emprendieron viaje a Santiago, donde tomaron clases y talleres para aprender todo lo posible sobre este proceso. Una vez que lograron una base sólida, Miguel se aventuró a comprar su primer kit de fermentación, un pequeño rejunte de materiales que les permitiría fabricar sus primeros 20 litros de cerveza. 

Con su primera tanda de bebida hecha y un paso más cerca a sus sueños, ahora debían enfrentarse a su segundo, y quizás más grande desafío: cómo lograr que este producto sea un aporte para su comunidad. Las aguas del norte son, por naturaleza, demasiado duras y requieren largos procesos de purificación para poder elaborar cervezas a partir de ellas. Con este problema en mente, un recuerdo inundó sus memorias: allá cuando eran chiquitos, su papá los solía llevar a una pequeña caleta pesquera llamada Chungungo, donde conocieron los atrapanieblas por primera vez. Estas confecciones les permitían recolectar agua de la neblina que luego aprovechan para consumo humano, y si podían usarse para este fin, ¿podrían usarse para fabricar cervezas? Con un poco de apoyo e inversión propia analizaron el agua que recolectaban en los valles del norte: el estudio químico reveló que era una excelente solución. Ahora, ¿dónde podían encontrar esta niebla? Aquí entra en juego la comunidad de Peña Blanca, una localidad de 150 habitantes ubicada entre los cerrillos de Ovalle que cuenta con el microclima ideal. Los vientos fuertes del Océano Pacífico empujan la neblina hasta los atrapanieblas que la Reserva Ecológica Cerro Grande instaló a 650 metros sobre el nivel del mar, en los cerros de la Reserva Fray Jorge. Este oasis entre la sequía ha permitido reforestar un millar de árboles endémicos, pero no todo ha sido fácil desde su instalación en el 2006.

Todo lo que han logrado ha sido llevado a cabo con aportes voluntarios de organismos internacionales, recibiendo poca (y escasa) atención del Estado. Es aquí donde parte la colaboración entre los hermanos y la Reserva Ecológica. Con la promesa de aportar a la comunidad de Peña Blanca, Marco y Miguel instalaron su cervecería en una pequeña casita, que poco a poco quedó chica para este emprendimiento.

“ Ha sido bien importante que llegara esta cervecería a Peña Blanca, ha sido bueno para la gente de acá. Les da estabilidad laboral”, cuenta Iván Cortez, uno de los maestros cerveceros que trabaja mano a mano con los hermanos Carcuro.

Hoy, Atrapanieblas apoya a la comunidad creando nuevos puestos laborales dentro de la fábrica, además de aportar cebada y agua para el alimento de los animales locales y el uso de sus habitantes. Sus cervezas han captado la atención de medios locales e internacionales, obteniendo galardones varios en competencias y festivales. Su sueño aún no termina: Miguel y Marco trabajan con el fin de acercarse cada día más a un emprendimiento cada vez más sustentable que apoye a la comunidad que lo rodea.