Economía social - ¿Qué es la economía social?
Es un conjunto de iniciativas socioeconómicas encaminadas a satisfacer las necesidades de las personas de manera no lucrativa.
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En los últimos años ha habido un boom de la economía social y solidaria entendido como un conjunto de iniciativas individuales y colectivas para satisfacer las necesidades materiales y sociales de las personas.
Lo que la diferencia del sector privado de la economía social es el ánimo de lucro: es decir, esta última no se mueve por el lucro, sino por el bien social.
Conocida también como el tercer sector, la economía social la componen iniciativas en forma de cooperativas, sociedades laborales, organizaciones sin ánimo de lucro, empresas de trabajo asociado y asociaciones caritativas.
Dentro del mundo del emprendimiento, la economía social ha logrado también mucha fuerza mediante la creación de microempresas asociativas.
Características de la economía social
La economía social se suele considerar algo a medio camino entre el sector público y el sector privado. De ahí lo de tercer sector.
Estrictamente hablando, se trata de economía privada - pues sus protagonistas son particulares - pero con fines o motivaciones solidarias.
A la economía social le mueve un sentido de lo comunitario por encima del lucro o el enriquecimiento particular. Y es transportadora de valores como la solidaridad, la equidad, la sostenibilidad y la inclusión de los sectores más desfavorecidos.
Algunas iniciativas, incluso, se consideran promotoras del cambio social.
Empresas de economía social. Características.
Las empresas de la economía social se caracterizan por promover una gestión democrática y participativa. Otros rasgos característicos son:
Orientar la actividad a las necesidades humanas, a un control equitativo y una explotación sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Contribuir a la cohesión social mediante la creación de empleo estable y digno e iniciativas solidarias.
Ley de Economía Social en España
En España la economía social está regulada mediante la Ley 5/2011, de 29 de marzo. Dicha ley institucionalizó la economía social y le dio rango y protección legal mediante la creación de la Confederación Empresarial Española de Economía Social (CEPES).
Los principios que rigen la economía social en España según esta ley se resumen como sigue:
El fin social y las personas están por encima del capital social. Esto se traduce en una gestión autónoma, democrática y participativa de los trabajadores y una toma de decisiones solidaria según el interés social y no la aportación de capital.
Los resultados de la actividad dependen del trabajo o servicio aportado por todos los socios, siempre movidos por el fin social de la entidad.
La actividad debe promover la solidaridad, el desarrollo local, la igualdad de oportunidades, la cohesión e inclusión sociales, la generación de empleo digno, la conciliación familiar, laboral y personal y la sostenibilidad ambiental.
No se permite la injerencia de los poderes públicos.
La Ley considera como tipos de entidades propias de la economía social las siguientes:
Cooperativas.
Mutualidades.
Centros Especiales de Empleo.
Empresas de inserción.
Cofradías de pescadores.
Asociaciones ligadas a ayudar a personas con discapacidad o en exclusión.
Fundaciones.
Economía social y economía colaborativa
No debe confundirse la economía social con la llamada economía colaborativa. En teoría muchos consideran que tienen un punto de encaje. Incluso, hay quien denomina la economía colaborativa como una suerte de economía social 2.0.
Sin embargo, la realidad es que todas las plataformas digitales de economía colaborativa (Uber, Airbnb, etc.) no responden al modelo de gestión y control democrático y participativo propio de las entidades de la economía social.
Los puntos de encaje se encontrarían en el tipo de actividad: la economía colaborativa propugna, en principio, el intercambio no lucrativo de bienes y servicios.
Ahora bien: en la práctica, y como se mencionaba antes, las plataformas digitales que promueven la economía colaborativa siguen modelos de negocio propios del sector privado.
Cabe mencionar que sus parecidos, sin embargo, son todavía fuente de controversia.